La Otra Voz de Benavente y Los Valles

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domingo, septiembre 27, 2009

¿Hacia la Unión Ibérica?

¿Y SI ESPAÑA Y PORTUGAL FORMARAN EN EL FUTURO UN SOLO PAÍS
. Las relaciones entre vecinos de la península ibérica son más cercanas que nunca, y un estudio refleja un aumento de personas que apoyarían la fusión de ambos países en un único Estado.

Terra.es

. La palabra ‘España’ ha estado más presente que nunca en la campaña electoral portuguesa.
. “La prioridad es España; luego España, y después España”, dijo José Sócrates al ser reelegido como primer ministro luso en 2005.
. Un tercio de los españoles [el 30,3%] y un 40% de los portugueses estarían dispuestos a que España y Portugal se unieran en una Federación.
. Miguel de Unamuno, Arturo Pérez Reverte, Antonio Lobo Antunes y José Saramago, entre otros, son 'iberistas' convencidos.
"Cuando en Portugal hablas de Iberismo, se piensan que vas de imperialista; después explicas en qué consiste… la cosa cambia”, dice el profesor Francisco J. Faraldo.
. "Desaprovechamos un mercado peninsular y ex colonial que repercutiría grandes beneficios para ambos países", añade Faraldo.
. Una Iberia unida resultaría en el país más grande de la Unión Europea en extension, el quinto en población y una lengua conjunta sólo superada por el chino mandarín.
. “Creo que es un debate sin interés ni alcance. La simpatía y cariño entre ambos pueblos está ahí, sin recelo, pero manteniendo sus particularidades", opina José Luis González, responsable de la Fundación Rei Afonso Henriques.


Pedro Duque, el primer astronauta español de la historia, recuerda siempre una anécdota con un grupo de escolares. Mientras el madrileño orbitaba en el espacio, le preguntaron por videoconferencia qué veía distinto en La Tierra desde allá arriba. Su respuesta fue sintomática. “...que no se distinguen las fronteras entre los países”. Observando la fotografía situada sobre estas letras, no podemos evitar sentir algo similar; Portugal y España parecieran simples denominaciones, dos golpes de voz para distinguir esa robusta entrada de mar llamada Península Ibérica. Una realidad geográfica como auténtica pesadilla para los nacionalismos de ambos países. Pero un dulce sueño para otros muchos, los ‘iberistas’, defensores de la unificación de ambos estados, que hicieron suya en 1854 la bandera y el escudo ideados por el diplomatico barcelonés Sinibaldo de Mas i Sanz para su ensayo 'La Iberia'.
Manuela Ferreira Leite no es, precisamente, una de las instigadoras de este voluntarismo ibérico. La candidata conservadora en las elecciones legislativas que se celebran hoy en Portugal, espetó el pasado sábado a su contrincante socialista José Socrates en un debate televisivo: “No me gustan los españoles metidos en la política portuguesa... ¡Portugal no es una provincia española!”. La líder del PSD criticó los 9.000 millones de euros que adelgazarán las arcas lusas para llevar el AVE de Vigo a Lisboa, y de la capital portuguesa a Madrid. Una infraestructura que agilizará en 2013 el transporte y el comercio entre ambos países, pero que Leite utilizó para azuzar el fantasma del ‘imperialismo hispano’.
Lo cierto es que la palabra ‘España’ ha estado más presente que nunca en la campaña electoral portuguesa. Y no sólo por la red ferroviaria. También por el polémico apoyo de los socialistas españoles y portugueses al conservador José Manuel Durão Barroso –el anfitrión de la ‘foto de las Azores’- para continuar cinco años más al frente de la Comisión Europea. El protagonismo hispano en estas elecciones legislativas enrraiza además en los datos que ofreció este verano el Barométro Hispano-Luso publicado por el Centro de Análisis Sociales de la Universidad de Salamanca (CASUS). Según el estudio, “casi un tercio de los españoles [el 30,3%] y un 40% de los portugueses estarían dispuestos a que España y Portugal se unieran en una Federación”. ¿Sorpresa? Quizás. Pero sobre todo, un subidón para el sueño 'iberista' teniendo en cuenta que un sondeo de 2006 realizado para el semanario luso El Sol, estimaba este apoyo en apenas un 25%.
¿Qué ha podido provocar que, en tres años, el apoyo del pueblo luso a unirse con el español se haya disparado 15 puntos? “El impulso de colaboración entre las instituciones de ambos países ha sido fundamental”, explica a Terra Noticias José Luis González, el secretario general de la Fundación Rei Afonso Henriques, una insititución creada para profundizar en las relaciones hispano-lusas en la region del Duero y zonas fronterizas de Castilla y León. Las cifras apoyan sus palabras; España es el país que más alumnos envía a Portugal con una beca Erasmus y, en contrapartida, la diáspora estudiantil lusa encuentra en España su destino preferido. En el terreno comercial, España es desde 1994 el principal socio de una Portugal cuyas importaciones con denominación de origen hispana superan el 50% del total. Además, los españoles han desplegado en suelo vecino 1.200 empresas con una inversion de casi 22.000 euros. ¿Más? El número de estudiantes de español en Portugal se ha triplicado en tres años (hasta los 51.000 alumnos) y se suceden los planes de integración en zonas fronterizas con Galicia, Castilla y León o Extremadura.

Una estima con poca bidireccionalidad
¿Pero es suficiente la explicación comercial y educativa para explicar la tendencia de atracción hispano-lusa? “No es un motivo exclusivo, pero lo cierto es que ahora nos conocemos mejor. Antes los dos países funcionábamos con más estereotipos”, comenta González por teléfono desde Valladolid, donde el pasado jueves mantenía una reunion para preparar la conmemoración de los 25 años de la adhesión en 1986 de España y Portugal a la Unión Europea. “Pero aún queda mucho por avanzar… sobre todo por parte de los españoles”, advierte.
Y es cierto es que el Barómetro del CASUS no deja muy bien parados a los ciudadanos de España; sólo el 6,9% conoce el nombre del presidente portugués, por el 54,2% de los lusos que conoce el de su homónimo español. También pierde España al identificar los colores de la bandera del otro Estado (41,8% frente al 55,4%) y en visitar los parajes del país vecino (53% frente al 84%). ¿Faltan los españoles al respeto a su vecino? ¿Sufre aún Portugal el complejo de 'hermano menor'?
“Los lusos al menos se esfuerzan en hablar español, una señal de acercamiento que nosotros no solemos corresponder”, explica Francisco J. Faraldo, profesor de la Universidad de Lisboa durante 15 años. “Hay un gran número de portugueses que quieren ser españoles, pero viene de un idea equivocada; muchos que regresan de España me dicen que ‘es un paraíso, la vida en la calle, la alegría, no como aquí en Portugal, con nuestra tristeza, nuestra saudade…”


El iberismo, un movimiento extendido
Faraldo, de 60 años, dirige asimismo ‘Area Ibérica’, una asociación cultural dedicada a fomentar las relaciones de amistad entre Portugal y España “por abajo, que son el tipo de relaciones que nosotros consideramos importantes”, especifica su fundador. Además, como el catalán Sinibaldo de Mas i Sanz, los escritores españoles Miguel de Unamuno y Arturo Pérez-Reverte, o los portugueses Antonio Lobo Antunes y José Saramago… este profesor asturiano es un iberista convencido. Aunque lo reconoce con la voz bajita. “Es que cuando en Portugal hablas de Iberismo, se piensan que vas de imperialista; después explicas en qué consiste… y la cosa cambia”.
De dar muchas explicaciones también sabe Mario Lino, ministro de Obras Públicas luso, que se declaró ‘iberista convencido’ en 2006 durante una visita a Galicia: “Tenemos una historia y lengua común", dijo Lino. "Existe una unidad histórica y cultural... e Iberia es una realidad que persigue tanto el Gobierno español como el portugués”. A su vuelta a Portugal, se le acusó de traidor, de haberse vendido al imperio español. Pero con sus palabras, Lino estaba prolongando el ‘éxtasis hispano’ que su líder José Sócrates inició en 2005 cuando, tras ser reelegido como primer ministro portugués, exclamaba. “¡La prioridad es España; luego España, y después España!”. Una afirmación aplastante considerando que el país luso comparte sus cuatro grandes ríos y sus 1.214 km de frontera con el español. Y una sentencia que aún escuece en algunos sectores del país.
Con estos picores lógicos en el orgullo nacional, ¿cuánto hay de realidad en la posibilidad de alcanzar una Federación Ibérica? “Es un largo camino porque el Iberismo está muy verde, pero es un proyecto que cabe perfectamente en el contexto europeísta”, reflexiona Faraldo. “Estamos desaprovechando un mercado peninsular y ex colonial que repercutiría en grandes beneficios para ambos países. Y las posibles diferencias en el PIB [35.557 euros en España, 23.351 en Portugal, cifras per cápita] serían tan subsanables como las diferencias de renta entre las distintas comunidades autonomas españolas”.

Las cifras de una Iberia unida
El resultado de una Iberia unida resultaría en el país más grande de la Unión Europea en extension (el tercero en Europa tras Rusia y Ucrania), el quinto en población (casi 60 millones de habitantes, rozando el número de habitantes de Francia, Reino Unido e Italia) y una potencia lingüistica hispano-lusa (608 millones de personas) sólo superada por los 1.000 millones de chinos que hablan mandarín. Eso sí, habría que convencer al 30,5% de españoles y 34% de portugueses que en el Barómetro del CASUS se muestran contrarios o muy contrarios a la federación de ambos países. A todos los indecisos (29% en España y 17% en Portugal). Y claro está, a las instituciones.
José Luis González es muy escéptico con el proyecto de una Iberia unida. “Creo que es un debate sin interés ni alcance. La simpatía y cariño entre ambos pueblos está ahí, sin recelo, pero manteniendo sus particularidades. España seguirá siendo España. Y Portugal, Portugal”, apunta el secretario general de la Fundación Rei Afonso Henriques, mientras pronostica que el resultado de las elecciones de este domingo “no influirá en una mayor o menor colaboración, entre ambos países, ni siquiera en el avance o freno en el proyecto del AVE. Ya se han dado varios cambios de gobierno en ambos países y las relaciones han crecido a todos los niveles sin importar el signo político del gobernante”.

¿Qué otros obstáculos podría encontrarse una posible ‘Federación Ibérica’? “Fundamentalmente la forma del Estado", identifica Faraldo. "Sería complicado federar naciones con modelos heterogéneos”. Su teoría viene a decir que España tendría que convertirse en una república como Portugal. O que Portugal recuperase el linaje real de la Casa de Bragança y los casamientos con los Borbones se reanudasen, una opción, esta segunda, realmente impensable en pleno siglo XXI. “Es un proceso que tiene que partir de los pueblos, no de las instituciones”, admite el responsable de ‘Area Ibérica’; “porque pese a no existir partidos politicos que impulsen la idea, muchos ciudadanos y personalidades están deseosos de que el proyecto se materialice”.
Lo que está claro es que los portugueses no acudirán hoy a las urnas pensado en 'iberismos', sino en salir de la crisis económica mundial que les afecta tanto como al resto del mundo. Para otra ocasion quedará Iberia, ese sueño de la burguesía liberal y republicana del siglo XIX que, dos siglos después, sigue iluminando los sueños de algunos ciudadanos peninsulares.

Foto: La Península Ibérica, vista desde el espacio (Fuente: NASA).

Ampliar foto Bandera ibérica' propuesta en 1854, con los colores de la enseña española y la antigua portuguesa.
Ampliar foto Escudo propuesto por Sinibaldo de Mas en su libro 'La Iberia'.

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