La Otra Voz de Benavente y Los Valles

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viernes, agosto 31, 2007

Artículo de opinión

LOS 2.400 AVIONES DE LA JUNTA
Por Jesús Cuadrado *

EL pasado 17 de enero, el gerente de Cidaer Industrias Aeronáuticas y el vicepresidente de la Junta anunciaban en rueda de prensa un proyecto industrial para la producción de 2.400 aviones («de despegue vertical»), con 8.000 puestos de trabajo («directos») y 100.000 metros de extensión («con pista de pruebas incluida»). En fin, a 100 días de las elecciones, una fabulación puesta en circulación por la Junta. Hoy, 100 días después de las elecciones, ¿quién se acuerda del desprecio a la buena fe de los castellanos y leoneses, incluidos los diputados provinciales de León que exigían la fábrica para su provincia en una moción aprobada por unanimidad? ¿Qué queda, después de aquel anuncio espectacular, y el posterior 'fuese y no hubo nada'? Una frustración más en el debe del PP regional y de su presidente.
La calidad de la escenificación, admirable. Para dar verosimilitud, detalles muy concretos. Así, la fábrica tendría 4.000 empleos en el 2010 y 8.000 en el 2019; inversión de 100 millones de euros en 'fase inicial', y 1.000 millones al final del proyecto; facturación de 42.000 millones hasta el 2010, y 60.000 en el 2019; el proyecto de investigación debería estar cerrado «en la primavera, abril o mayo, del 2007»; las aeronaves se las habría encargado ya la Administración estadounidense; serían aviones destinados sobre todo a «alertar sobre la navegación de submarinos»; la identidad de los socios americanos «se conocerá en las próximas semanas»; consistiría en una fábrica para construir «aviones completos, no sólo alas»; «cualquier retraso nos dificultaría la entrega del producto en fecha». Y mucho más. Nada de un proyecto de investigación; presentaron un proyecto industrial, y en toda regla. Un montaje tan perfecto que el blog de El Norte de Castilla reflejaba que más del 70% se lo creía y apenas un 10% se mostraba escéptico. Tan creíble que se puso en marcha un agrio debate entre las provincias sobre la ubicación de la fábrica inventada.

Si, como solía decir Azaña, las declaraciones del Gobierno son actos de gobierno, después de la rueda de prensa del vicepresidente, el gran proyecto aeronáutico quedó inventariado. La vicepresidenta primera, y portavoz del Gobierno regional, fue más lejos. A la petición de detalles, respondía que «no vamos a dar pistas a posibles competidores», o que no quería concretar las ayudas de la Junta «para evitar que otras regiones entren en una subasta y finalmente esta inversión se desvíe a otro territorio». «En este tipo de asuntos siempre hay postores y no voy a desvelar nuestras armas», simulaba la vicepresidenta. León de la Riva, candidato a la Alcaldía de Valladolid, se sumaba con papel propio; anunció que ya había encargado el estudio de los detalles del proyecto, que tenía solar municipal («más barato que el del SEPES») y que «yo mismo llamaré hoy personalmente al gerente (de Cidaer)». Hasta ahora. También el presidente de la Junta tranquilizó a los de León, que querían la fábrica, y les dijo que él estaba «trabajando mucho» por este proyecto.
¿Saben lo que me resulta más irritante de esta burla? Que lo ponen en circulación porque saben que en unos meses la gente ya no se acordará del montaje; hasta los diputados provinciales de León olvidarán. Todo quedó en una ocurrencia electoral, aunque, sinceramente, no creo que este truco haya tenido incidencia en los resultados. Pero, sí afecta a la confianza, interna y externa, en la construcción de una comunidad autónoma que padece de dudas existenciales. En la acción política, la actitud moral (¿cómo se gobierna?) cuenta. No sé si piensan lo mismo en el Gobierno regional.
Un gran centro aeronáutico capaz de construir 2.400 aviones (para empezar), con «un socio industrial estadounidense del máximo nivel», tecnología «de lujo», conquista del gran mercado americano. El milagro frente a 20 años de política industrial engrasada con millones y millones de euros europeos, que ya no tendremos. La respuesta a nuestra particular fuga de cerebros, «flujos centrífugos protagonizados por población joven hacia otras comunidades autónomas con mayores oportunidades y dinamismo socioeconómico», en palabras del tercer informe sobre capital humano de la región del ForoBurgos; que los jóvenes formados huyen de la región, vamos. En ese informe, entre datos y datos negativos sobre Castilla y León, se dice que «son un signo para el optimismo los parques científicos universitarios» (como el que anuncia los 2.400 aviones). Una oportunidad, pues, para nuestras universidades en crisis, con menos financiación pública que las de otras regiones desde que, en 1996, dependen de la Junta (último informe de financiación del ministerio), con su reflejo en la pérdida de capacidad de investigación (informe Cotec del 2007). Miles de aviones como alternativa a «la crisis del principal sector de la zona, la automoción», en palabras de Cidaut, padres de Cidaer, en la revista del CDTI de abril del 2005. En las mismas fechas en las que se anunciaba este milagro aeronáutico, se discutía en Valladolid un acuerdo para hacer frente al «exceso de capacidad productiva» de Fasa, eufemismo que se traduce en «trabajadores a la calle», mientras la Fiat de Sergio Marchionne en Italia, con política industrial de verdad, aumentaba la producción y el número de trabajadores. Crisis que se refleja en menores ventas del sector en el 2006 que en 1999. Aviones para el despegue de la región; pero, ¡qué desgracia!, todo era falso.
¡Poca seriedad! Como cuando los responsables de la política regional afirmaban que este proyecto les había resultado más difícil «por las malas relaciones de Zapatero con Estados Unidos». ¡Científicos! Justo, cuando en el 2006 se produce un crecimiento espectacular de las exportaciones españolas al mercado estadounidense; cuando las inversiones españolas en ese país se disparan. De España, no de Castilla y León, por desgracia. Como reflejaban los titulares: 'La inversión extrajera se recupera y la de Castilla y León en el exterior se desploma'; 'La Comunidad con la inversión exterior más baja, mientras España batió récord'. Pero, ¿con qué solvencia se está dirigiendo nuestra economía regional?

En una región con una evidente crisis galopante, que va de más a menos en su peso en España, la broma de los 2.400 aviones nos apunta a todos; a partidos políticos, sindicatos, empresarios, medios de comunicación, intelectuales, universidades A todos. ¿Dónde estábamos? Si algo así puede ocurrir como si nada, poco importa quién protagoniza la indecencia; la pregunta es qué le pasa a Castilla y León y si tiene remedio.
* Diputado por Zamora y portavoz de Defensa del PSOE.
Artículo publicado hoy en El Norte de Castilla