La Otra Voz de Benavente y Los Valles

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lunes, mayo 29, 2006

La marcha ciclista a Santiago por un Hospital (7)

LOS PEREGRINOS PASARON LOS PUERTOS DEL PADORNELO Y LA CANDA
Ayer fue la etapa más dura de todas hasta la fecha
Redacción

La idea de Santiago Ferreras y Emilio Baeza era, según nos dijeron el viernes en Tábara, ir por la Sierra de la Culebra hasta La Puebla de Sanabria y, desde aquí, marchar en dirección al puerto de Padornelo y bajar a Lubián, para pernoctar en el albergue de peregrinos de esta localidad.
Pero, cuando se está en carretera y haciendo el camino de Santiago, una cosa son las previsiones y otras las inclemencias o imponderables. Además, la jornada se presentaba optimista, pues tendrían compañía, ya que un amigo de Benavente, Gratiniano Morán se les unió para acompañarlos hasta La Puebla de Sanabria.
La de ayer fue una jornada dura y llena de sobresaltos. Los peregrinos salieron en torno a las 20,00 h. del albergue de Tábara en dirección a la Sierra de la Culebra, por el cordel sanabrés, vía Ferreras de Abajo, Ferreras de Arriba, Villardeciervos, Cional, Codesal, Sagallos, Manzanal de Arriba y Sandín. Allí cogerían una mala carretera de 8 km –por llamarla de alguna manera, nos dijo Ferreras-, llena de piedras e intransitable. Vieron un gamo y dejaron atrás a Grati, dada la dureza del camino.
Todavía tendrían que hacer otros 4 km. para tomar la carretera general hasta Robledo, Ungilde y La Puebla de Sanabria.
Los peregrinos tenían pensado llegar a las 14,00 h. a la villa sanabresa, pero no lo hicieron hasta media hora más tarde. Allí les estaba esperando el alcalde de La Puebla, José Fernández, para darles la bienvenida y agradecerle lo que estaban haciendo por el nuevo Hospital para el norte de la provincia en Benavente. Dada la hora, no pudieron visitar el castillo, como había sido su intención al salir de Tábara y prosiguieron la ruta.
En Requejo se dieron cuenta que la bicicleta de Ferreras tenía una rueda pinchada, pero, para colmo, se les estropeó la bomba. Finalmente encontraron un compresor en el pueblo y cambiaron la cámara. Por si esto fuera poco, en plena ruta les pilló un chaparrón.
No acabó todo ahí. Subieron Padornelo (1.318 metros), pero al bajar el puerto y llegar a Lubián no encontraron sitio en el albergue, pues estaba lleno de peregrinos. Así que, haciendo de tripas corazón, se subieron a las mecánicas monturas y enfilaron la subida a La Canda (1.268 m.). Cuando llegaron abajo del puerto, a la localidad orensana de Villavella, Ferreras y Baeza se habían metido para el cuerpo 120 km, 12 más de los previstos, pero por una ruta difícil, entre piedras y montañas.
Estamos reventaosdijo Baeza a “La Otra Voz”- pero hay que mirar el lado positivo y es que mañana no tenemos que subir ya La Canda. Además, estamos a gusto en este hostal donde estamos”. Todavía tenía fuerza el almeriense para enviar saludos para su familia: su sobrino, su hermana y su cuñada. El esfuerzo que hicieron ayer Baeza y Ferreras bien merece que, desde “La Otra Voz”, se los hagamos llegar.
Ayer se hizo eco de la gesta de estos dos reivindicativos ciclistas El Norte de Castilla, en su edición de Zamora. Mañana pondrán dirección a la ciudad de Orense, con lo que recorrerán en torno a 90 km.
Fotos: La Puebla de Sanabria y las montañas del Padornelo.